Foto: AFP
Costa Rica accedió por primera vez en su historia a los cuartos de final de un Mundial al superar a Grecia en la tanda de penaltis, modo de resolver un encuentro de escasa calidad pero de máxima emoción y dramatismo. El portero Keylor Navas fue determinante al detener el lanzamiento de Gekas. Costa Rica abrió el marcador en el minuto 52, se quedó con diez en el 66 por expulsión de Duarte y Grecia forzó la estéril prórroga con un gol de Sokratis en el minuto 91.
El cruce menos mediático de octavos deparó un primer tiempo bajo el guión previsible, con los dos equipos centrados en no cometer errores. Si ambas escuadras ya mostraron en la fase de grupos su prioridad por blindar su retaguardia, razón de más cuando los tropiezos no tienen solución.
Costa Rica tuvo más el balón de inicio, pero los helenos fueron imponiendo su mayor experiencia y los centroamericanos, salvo un zurdazo alto de Bolaños, apenas se dejaron ver por el portal de Karzenis. El conjunto de Fernando Santos mostró mayor claridad de ideas y dispuso de la mejor ocasión de un primer tiempo que concluyó sin goles, pero topó con la inspiración de Keylor Navas, que rechazó un remate a bocajarro de Salpingidis. Con anterioridad, el meta costarricense tuvo que estar atento a dos disparos lejanos desde la frontal. Fue un escaso bagaje ofensivo, pero ni mucho menos inesperado.
El panorama varió en los primeros compases de la reanudación. Cuando parecía que el equipo de Jorge Luis Pinto seguía con la misma ‘pájara’ del primer tiempo, Bryan Ruiz abrió el marcador en una acción aislada. Pese al marcador en contra, Grecia daba escasos síntomas de reacción, pero la expulsión del costarricense Duarte en el minuto 66 propició que el equipo de Santos se adueñara por completo del balón ante un rival muy replegado. El reloj empezaba a correr demasiado rápido para los helenos, mientras a Costa Rica el encuentro se le hacía eterno. Grecia exhibía una tremenda dificultad para crear ocasiones de gol, pero ya en tiempo de añadido Sokratis estableció el empate a uno que daba paso a la prórroga, un tiempo extra que ambos equipos afrontaron de forma opuesta, con los helenos crecidos y los costarricenses hundidos mentalmente porque se les podía escapar una hazaña que tuvieron en la mano.
Con el desgaste físico realizado y la inferioridad numérica, Costa Rica parecía tocada, pero a Grecia también le pesaban mucho las piernas por la veteranía del equipo. Navas, en el último suspiro, salvó un remate de Mitroglou, lo que dio paso a la tanda de penaltis que sonrió a Costa Rica merced al acierto del guardameta.
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